Riego de Cáncer en niños que residen cerca de las plantas nucleares II
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Según un estudio de la Universidad de Maguncia, los niños que viven cerca de una planta nuclear corren mayor riesgo de padecer enfermedades cancerígenas. Pero no se considera una verdad definitiva. Las causas exactas permanecen en el misterio.
La leucemia, especialmente en niños, suele ser un tema central en el debate sobre las posibles consecuencias de la tecnología nuclear. Esto se relaciona con su rápida evolución tras la exposición a la radiación ionizante y con el hecho de que es la enfermedad maligna más frecuente en la infancia.
En 2007, el Registro Alemán de Cáncer Infantil publicó los hallazgos del Estudio Epidemiológico de Casos y Controles de Cáncer Infantil y Centrales Nucleares (estudio KiKK).
Específicamente, se investigó si existe una conexión entre la distancia de la residencia a la central nuclear más cercana y la aparición de una enfermedad maligna.
El estudio KiKK demostró que en Alemania existe una relación entre la proximidad de la residencia a una central nuclear y el riesgo de que un niño desarrolle cáncer antes de los 5 años. Esta conexión, confirmada estadísticamente en este estudio, se aplica únicamente a las leucemias; para todos los demás diagnósticos previamente establecidos (tumores cerebrales, tumores embrionarios), no se encontraron resultados estadísticamente significativos.
Tras la publicación del reciente estudio, los autores fueron contactados constantemente por ciudadanos preocupados que querían saber si era peligroso vivir en el área de una central nuclear y si tal vez deberían considerar mudarse.
El estudio KiKK analizó niños menores de 5 años que vivían a menos de 5 km de una central nuclear y encontró un aumento estadísticamente significativo de leucemias y otros cánceres.
Considerando la velocidad con que aumenta el conocimiento, el KIKK que se publicó en el 2008, puede actualmente considerarse antiguo.
Aparentemente no se ha publicado un estudio equivalente que amplíe los datos del KiKK más allá de su periodo original, 1980-2003, para las centrales nucleares alemanas en ese diseño exacto. El KiKK cubrió el periodo 1980-2003 en 16 centrales alemanas.
El estudio mismo y los análisis posteriores subrayan que no se midieron las dosis de radiación recibidas por los niños, ni se estableció causalidad: el mecanismo sigue incierto.
No se ha publicado hasta ahora un seguimiento oficial que extienda el diseño exactamente igual del KiKK, misma población, misma geografía, mismo rango de edad, etc. para los años posteriores a 2003 en Alemania.
Un estudio más actual en Reino Unido, periodo 1995-2016, halló que no había aumento de cáncer infantil en zonas hasta 25 km de centrales nucleares británicas.
Los organismos de radioprotección de Alemania han comentado que, si bien los resultados del KiKK son estadísticamente sólidos en términos de distancia-efecto, el nivel de dosis estimado de las centrales durante operación normal es tan bajo que no explican razonablemente el aumento observado bajo los conocimientos actuales.
Por lo tanto, una “actualización” implicaría idealmente: nuevos datos, mayor periodo de seguimiento, mejores estimaciones de exposición, potencialmente más covariables. Pero tal diseño no se sabe que haya sido realizado, no se encuentran publicaciones.
La industria nuclear incide en la posibilidad de publicación de estudios que indican aspectos negativos de la energía, por tanto, esto también debe tenerse presente.
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