«Volver es una mezcla de sentimientos. No estaba en mis planes pelear de nuevo ya que era un ciclo cerrado. Siempre iba al club y entre charlas, se dio la oportunidad de entrenarme para pelear. Yo iba al gimnasio pero no era constante, iba a veces a tomar mates», reconoce la capitalina.
«No siento que hayan pasado casi cuatro años» dice recordando su «última vez» (26 de marzo de 2022 PP4 ante María Dolores Gómez en Caseros) con la mirada puesta en la cordobesa María Florencia Cuello, su rival del próximo 17 de octubre en Playa Unión.
«En mis últimas peleas era muy chiquito, tenía un año y medio, yo entrenaba en Trelew, hacía doble turno y lo sufrí porque tenía que dejarlo o ir con alguien para que lo cuidara. Ahí solamente veo la diferencia del correr de los años».
La boxeadora del Club de Boxeo Rawson nunca se alejó de la práctica deportiva, a la par de las obligaciones que impone ser mamá. «Trabajé y me dediqué a las actividades de mi hijo. Nunca dejé de estar activa, hice natación y también estuve corriendo. No con el boxeo pero sí con el deporte».
En cuanto a la pelea que se viene aseguró: «Estoy tranquila -dijo Leiva- y no me voy a apurar. Pelearemos el 17 y ahí veremos qué oportunidades van surgiendo. Sí me gustaría hacer una o dos más antes de fin de año. No vuelvo para pelear un título del mundo. Hoy lo veo más lejos a lo que pensaba hace dos o tres años atrás. No por mis condiciones sino por la realidad de que tengo mi trabajo y mi vida que hacen que se me complique entrenar en otro nivel. Voy a subir con muchas ganas a pelear. El cariño de la gente hacia un deportista es muy importante y por eso, agradezco a la gente que me tira buena energía y se pusieron contentos por mi vuelta», concluyó.

«Hoy tengo más experiencia y una manera distinta de ver las cosas pero siento la misma adrenalina y las ganas». Y resalta el rol de su hijo de cinco años, como compañero de gimnasio.