El equipo dirigido por Leandro Gracián atraviesa un buen moento, acumula siete partidos sin derrotas, con cuatro triunfos y tres empates, y todavía tiene pendiente el partido frente a Quilmes, suspendido por la nevada del 29 de junio y reprogramado para el miércoles 30.

Almagro, en cambio, atraviesa una realidad distinta. Tras un buen cierre de la primera ronda, donde finalizó séptimo, hoy se ubica décimo producto de tres caídas consecutivas, una racha que lo alejó —por ahora— de la zona de clasificación.

Gracián no confirmó la formación titular, pero se esperan variantes tanto tácticas como obligadas. Una baja sensible es la de Alejandro Arango Gutiérrez, quien sufrió la fractura de clavícula ante San Miguel. Su lugar podría ser ocupado por Santiago Postel, refuerzo llegado desde Platense, que debutó la fecha pasada. También está en condiciones de regresar, siendo otra alternativa, Pablo Minissale, quien cumplió su sanción.

En el medio, no se esperan modificaciones, con Federico Recalde como eje y el tridente ofensivo de Bruno Pérez, Nazareno Solís y Diego Crego. La duda principal está en el ataque: tanto Luis Silba como Germán Rivero arrastran molestias y no están al 100%. Gracián ensayó con Elías Ayala y Bruno Juncos como dupla ofensiva.

Del otro lado, Almagro llega con altibajos. Tras un arranque flojo con Lucas Sparapani como DT, encontró regularidad con Jorge Cordon, pero volvió a tropezar en las últimas fechas. 

El historial entre ambos favorece al Aurinegro, con dos triunfos, un empate y una derrota en cuatro enfrentamientos. El último antecedente fue victoria de Almagro 1-0 en la primera rueda. Carlos Córdoba, el árbitro del encuentro, ya dirigió al conjunto aurinegro en nueve oportunidades, con un registro parejo: tres victorias, dos empates y cuatro caídas.